Con una cifra histórica de 21,400 millones de dólares en inversión extranjera directa durante 2025, México se consolida como uno de los destinos más atractivos para el capital global. Este fenómeno, impulsado por el nearshoring, la estabilidad macroeconómica y su posición estratégica, abre un abanico de oportunidades para empresas nacionales y emprendedores.