El banco sueco SEB está de vuelta en el negocio de las armas. Y los productores intentan explotar la guerra en Ucrania.
A partir del próximo abril, seis de los más de cien fondos que gestiona el banco sueco SEB estarán autorizados a invertir en empresas que operan en el sector de defensa. Así lo anunció la entidad financiera en días pasados. Revirtiendo la posición adoptada en febrero de 2021 como parte de su compromiso de invertir con base en principios ambientales, de sostenibilidad y de gobernanza (ESG).
Según el grupo financiero, la guerra en Ucrania ha suavizado las opiniones de algunos de sus clientes. Esto condujo a la decisión de permitir que algunos fondos invirtieran en empresas que generan más del 5% de sus ingresos en el sector de defensa. Mientras continúa excluyendo a las empresas que producen o venden armas que violan las convenciones internacionales, como las bombas de racimo. O están involucrados en la producción de armas nucleares.
El 28 de febrero, la Plataforma de Finanzas Sostenibles, un órgano consultivo formado por expertos de los sectores público y privado creado por la Comisión Europea, publicó un informe sobre taxonomía social. Enumera los tipos de actividades que podrían considerarse socialmente sostenibles.
La lista incluye directrices sobre igualdad salarial y de género y una lista negra que incluye cigarrillos y productos producidos con trabajo forzoso. Sobre el tema de las armas, dijo que la Unión Europea debe basarse en los protocolos y convenciones internacionales existentes.
Pasarán años antes de que esté lista una taxonomía social y, mientras tanto, los cabilderos aprovechan cada oportunidad para imponer sus intereses. La guerra en Ucrania es uno de ellos. Y ya han comenzado los llamamientos a la UE para que la industria de defensa entre en las definiciones de "sostenibilidad social".
En enero Leonardo, ex Finmeccanica, había pedido expresamente que la producción y comercialización de armas estuviera entre las actividades consideradas sostenibles por Europa. En los mismos días, el director general de Rheinmetall en Alemania manifestó su preocupación a los medios locales. Porque, dijo, el enfoque en los factores ESG distrajo los recursos y dificultó que su empresa obtuviera préstamos.
Desde que Rusia invadió Ucrania, las bolsas de valores mundiales han estado en crisis, pero no las acciones vinculadas a los fabricantes de armas. Esto también se debe a los anuncios de varios gobiernos de que tienen la intención de aumentar masivamente el gasto en defensa. Este es el caso, por ejemplo, de Alemania, donde el canciller Olaf Scholz anunció un plan de 100.000 millones de euros para la modernización del ejército alemán. Unos días después, las acciones de las empresas productoras de armamento se dispararon: +90% para Hensoldt y +50% para Rheinmetall.
A principios del pasado mes de febrero, la Comisión Europea anunció en un documento de política su intención de escuchar y aceptar algunos de los argumentos de la industria de defensa. El documento establece que es importante garantizar que "las iniciativas sobre finanzas sostenibles sigan siendo coherentes con los esfuerzos de la Unión Europea para facilitar un acceso suficiente a la industria de defensa europea a la financiación y la inversión".