El año 2023 ha sido testigo de una metamorfosis normativa y legal sin precedentes en México, marcando un hito en la historia económica y social del país. Estos cambios han abarcado desde un significativo aumento en el salario mínimo hasta ajustes en las políticas fiscales y laborales, afectando tanto a empresarios como a consumidores en medio de un escenario de presiones inflacionarias.
La Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAMI) implementó un aumento del 20% en el salario mínimo general, elevándolo a $207.44 diarios y a $312.41 en la Zona Libre de la Frontera Norte. Este incremento, aplicado también a 61 oficios y ocupaciones, representa un esfuerzo significativo para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores mexicanos.
El Congreso aprobó una reforma laboral que aumenta los días de vacaciones de seis a doce días continuos desde el primer año de trabajo, con incrementos graduales hasta llegar a 32 días después de 35 años de servicio. Esta medida es un avance importante en los derechos laborales en México.
La actualización anual del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IESPS) refleja un aumento del 7.8% en productos como gasolinas, cigarros y bebidas saborizadas. Este incremento, motivado por el factor inflacionario, tiene un impacto directo en el costo de vida de los consumidores.
La reforma del sistema de pensiones, iniciada en 2021, comenzó a implementarse en 2023 con el objetivo de aumentar las aportaciones patronales y reducir el número de semanas cotizadas necesarias para obtener una pensión. Esta reforma es fundamental para garantizar una vejez digna para los trabajadores mexicanos.
La Resolución Miscelánea Fiscal 2023 introdujo el CFDI 4.0 para la nómina, y se dio de baja al Régimen Simplificado de Confianza (RESICO) para aquellos que no cumplan con la declaración anual. Estos cambios apuntan a una mayor transparencia y eficiencia en la gestión fiscal.
Para el próximo año, se prevé que México continúe sin una reforma fiscal mayor, pero con un enfoque en evitar la evasión y elusión fiscal. Se proyecta un crecimiento económico de entre 2.5 y 3.5%, una inflación anual del 3.8%, y un aumento en el gasto federal, lo que implica desafíos significativos para la economía nacional.