En este mundo gobernado por rápidas transformaciones que afectan tanto al contexto social como al empresarial, la adaptación es la norma.

Según el libro "Psicología para directivos - la teoría y las técnicas del liderazgo situacional", escrito por Kenneth H. Blanchard, los líderes tienen un papel fundamental para ayudar a las empresas a adaptarse al cambio. Debe ser un liderazgo situacional.

Comprender el concepto de liderazgo situacional

Diferentes escenarios económicos y empresariales requieren diferentes posturas, habilidades y estrategias.

Cuando la empresa tiene un liderazgo situacional, obtiene la capacidad de adaptarse a los cambios. Los colaboradores también son más flexibles y reaccionan positivamente al nuevo contexto que vive la organización.

Para que esto sea una realidad en la empresa, es esencial que exista una relación entre el liderazgo, la motivación y el poder, los tres elementos que constituyen la base del concepto de liderazgo situacional. Pero, ¿cómo ocurre esto en la práctica?

El líder evalúa a los colaboradores para conocer el perfil de cada uno. De este modo, alterna su estilo de liderazgo en función de la personalidad y las aptitudes de los profesionales.

Esta misma evaluación y flexibilidad se adopta en las estrategias de la empresa. Dependiendo de la situación interna y externa, el liderazgo situacional lleva a cabo diferentes tipos de enfoques para mantener la estabilidad de la organización.

Podemos decir que este tipo de liderazgo es una de las fuertes tendencias de RRHH para el futuro. Al fin y al cabo, el mundo empresarial es cada vez más flexible en sus modelos de trabajo. Además, los profesionales modernos quieren tener una experiencia personalizada en las empresas. Por no hablar de las transformaciones digitales y económicas que ya son rutinarias en el entorno empresarial.

Características de este estilo de liderazgo

Profundizando un poco más en el concepto de liderazgo situacional, descubriremos algunos rasgos importantes. A continuación, hablamos de cada una de ellas y de su impacto en la empresa.

1. Dirección

Los líderes situacionales dirigen a los equipos mediante instrucciones claras. Esto significa delegar tareas, pero también decir cómo deben llevarse a cabo. Tras esta aclaración, el líder permite al empleado utilizar sus habilidades profesionales y su creatividad en los servicios. De este modo, los equipos ganan autonomía y confianza.

2. Formación

El liderazgo situacional ofrece una formación constante a los equipos a través de un programa interno. Durante este proceso de aprendizaje, los empleados aprenden a ejecutar las demandas, a analizar el escenario corporativo, a adquirir habilidades, a trazar acciones estratégicas, etc. El resultado es un equipo cualificado y resistente.

3. Dar apoyo

Los líderes situacionales no sólo se ocupan de poner a disposición los conocimientos, sino que también ofrecen apoyo a los profesionales. Este apoyo puede ser tanto técnico como emocional. En el primer caso, se trata de enseñar metodologías, tecnologías y conceptos que optimicen los servicios.

En cuanto al apoyo emocional, significa escuchar, acoger y señalar soluciones para ayudar a los empleados a afrontar las presiones del entorno empresarial.

4. Delegación de tareas

Delegar tareas es un arte. Decimos esto porque si no se conoce previamente el perfil del colaborador y el tipo de actividad que realiza, puede ocurrir un desastre mayor. Puede que el líder entregue un proyecto importante a un profesional que no está preparado para ocuparse de él.

Como hemos visto, el liderazgo situacional ayuda a la dirección a conocer mejor a cada miembro de los equipos y las demandas internas de la empresa. De este modo, la delegación de tareas resulta más eficaz y bien dirigida.