Por qué no debemos elegir empleados "quejones"

Elegir empleados para tu empresa o negocio es fundamental para que esta tenga éxito. Los empleados son la base de cualquier empresa, son una pieza fundamental y hay que saberlos escoger. Quieres saber por qué no debemos elegir empleados quejosos, acompáñanos y te diremos todo lo que debes saber.

¿Por qué no elegir empleados quejones?

Una persona que se queja por todo está en busca de atención y no encuentra lo que quiere. En el ámbito laboral quejarse constantemente vuelve a una persona tóxica, improductiva y por ende disminuye el rendimiento laboral, dejando de lado habilidades y conocimientos importantes.

Por supuesto que las quejas son válidas tanto en el trabajo como en la vida personal, pero es importante que existan razones para hacerlo. Una persona que constantemente se está quejando sin un fundamento válido, en un futuro será rechazado por los compañeros de trabajo, trayendo más inconvenientes en el medio.

Tipos de quejas

Las quejas son expresiones que las personas suelen hacer en su vida diaria, algunas personas tienen quejas internas y otras externas, transmitiendo su malestar a otras personas buscando solventarlo. En general existen dos tipos de quejas, las que tienen un fundamento y las que no lo tienen.

Quejas sin fundamento

Se trata de quejas cargadas de negativismo, que no buscan solucionar un problema, produciendo en cambio malestar e inconvenientes con las personas en el entorno, rondado la toxicidad. Quejas justificada

Este tipo de quejas en cambio buscan igualmente atención por el entorno, pero con la intención de buscar una solución., llegando a ser beneficioso para todos los involucrados. No obstante, son quejas que deben hacerse sin lamento de por medio.

¿Por qué se quejan las personas?

Es una actitud aprendida

Las quejas son normales en las personas hasta cierto punto. Una persona quejona ha estado acostumbrada a las quejas durante toda su vida, lo ha visto de sus padres y familiares y eso es lo que ha aprendido. Actitud que se mantiene a lo largo de la vida y se demuestra en todos los aspectos.

Se ha convertido en un hábito

Si saberlo las quejas ha empezado a formar parte del día a día, de la forma de ser, adquiriéndolo como un hábito.

Como tema de conversación

Las quejas suelen atraer la atención de las demás personas, y se convierten en una manera fácil de comunicación. En muchos casos es difícil dejar de tomarlo como tema de conversación.

Por pesimismo

Las personas quejonas suelen ser pesimistas, se centran en el lado negativo de las cosas, en cómo estas funcionan mal, en vez de ver el lado positivo de la vida.

Por perfeccionismo y exigencia

En algunos casos el perfeccionismo y las grandes expectativas hacen que una persona sea quejona, que busque siempre más de las otras personas, sin aceptar los hechos y actitudes como positivas.

Por no existir empatía

La capacidad de ponerse en el puesto de otro no la tienen todas las personas, por lo que no se es capaz de entender que siente o piensan los demás, haciendo quejas de todas las acciones realizadas.

Cómo dejar de quejarse

Si estás cansado de quejarte y te has dado cuenta de que las quejas no te están llevando a ningún lugar, por el contrario te están alejando de tus objetivos, te mostramos algunas claves para dejar de quejarte por todo:

Identifica la razón de la queja

Fíjate en tu tono al hablar y analiza si es una queja. Las quejas suelen ser en un tono bajo de voz, con tristeza, con rabia o con crítica.

Analiza los temas comunes de quejas

Todas las personas suelen quejarse, pero si eres de los que siempre se quejan debes analizar los temas que desencadenan dicha actitud. Si el trabajo debes analizar qué es lo que te molesta y porque buscas atención, si es justificado o no.

Comunícate de forma positiva

Haz de tus temas de conversación algo positivo, que las quejas sean breves, mientras que la conversación se extiende con un tema real, interesante y de utilidad.

Mejora la manera de hablar

Trabaja en tu habilidad para socializar y comunicarte, de manera que puedas expresarte sin quejas constantes, expresándote pero sin el tono dramático y entristecedor.