Los fondos de emergencia del gobierno mexicano, que sirven para completar dinero público cuando hay bajas en los precios del petróleo o menos recaudación de impuestos, acumularon un año más sin recuperarse totalmente desde que fueron utilizados en 2019 y 2020.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda, estos el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) y el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas (FEIEF) reportaron en 2022 ingresos que representan apenas la décima parte de lo que reportaron en 2018.
Esta tendencia apunta a que el siguiente gobierno federal, que asuma al poder en 2024, tendrá problemas para atender alguna emergencia que se presente y que requiera de recursos para su pronta solución.
Desde que los fondos fueron utilizados “no se han reconstituido totalmente, por lo que el país no cuenta con los recursos suficientes para hacer frente a una nueva crisis económica de la misma magnitud”, refiere un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
El CIEP refiere que los años con mayores ingresos del fondo FEIP ocurrieron de 2015 a 2017, principalmente, por los ingresos de administración de riesgos en 2015 y 2016, y por los remanentes de operaciones de Banxico en 2016 y 2017. Para 2018, el saldo aumentó a 279,770 mdp.
Más tarde, ante la desaceleración de la economía mexicana en 2019 y la crisis económica generada por la pandemia de covid-19 se utilizó la mayor parte, tanto de las reservas como del saldo del propio fondo.
Aunque en 2022 se acumularon recursos, al ritmo actual tomaría 17 años alcanzar el saldo nominal de 2018, asumiendo que no se presentaran crisis económicas y que sólo percibieran ingresos por excedentes de la Ley de Ingresos de la Federación (LIF), por lo que es necesario revisar el destino de este tipo de ingresos.
La nacionalización del litio será recordada por las futuras generaciones como el giro de tuerca que dio paso a la nueva política industrial y a la sustitución de importaciones de este siglo, dijo la titular de la Secretaría de Economía, Raquel Buenrostro.
Durante su discurso en la declaración de reserva minera de litio en Bacadéhuachi, Sonora, la responsable de la dependencia reconoció que la futura política industrial que impulsa este gobierno está comprometida con las energías limpias.
Acompañada del presidente Andrés Manuel López Obrador, la funcionaria consideró que al igual que la expropiación petrolera, la nacionalización del litio profundiza el proyecto de transformación para el México del siglo XXI.
“En el gobierno de México y en la Secretaría de Economía promovemos las inversiones con dimensión social, porque estamos sentando las bases de una política industrial y de energías limpias para los próximos 50, 70 años, porque nosotros pensamos y trabajamos para las generaciones futuras de México.
Las políticas públicas de la Cuarta Transformación no son coyunturales”, añadió.
Raquel Buenrostro aprovechó para destacar los niveles de inversión que han llegado a México y las oportunidades que se aren con el nearshoring.
“La relocalización de inversiones de Asia a nuestro país es una realidad, como muestran los 35,291 millones de dólares de inversión extranjera que logramos atraer en 2022. Y no tengo duda que en 2023 romperemos récord otra vez”.
Comentó que para alcanzar este propósito es importante estar en contacto permanente con inversiones privados y gobierno de todo el mundo, para mostrar que México ofrece condiciones inmejorables para apostar recursos.
Añadió que el país destaca por ofrecer estabilidad política, solidez económica con finanzas públicas sanas y certeza jurídica.
De acuerdo con lo anunciado en la circular 14/2017, que toca temas específicamente relacionados con estos procesos, estos son los nuevos requerimientos:
*Un aumento en los límites para obligar a los participantes directos, es decir, entidades financieras, para que se conecten directamente.
*Se establecieron mecanismos para el cambio de CLABES hasta ser participantes directos. El SPEI es un sistema de pagos que permite a los Participantes enviar y recibir transferencias de fondos en moneda nacional, a nombre y por cuenta propia o de sus Clientes, mediante Órdenes de Transferencia liquidadas por medio del propio sistema con posterioridad a su envío.