Goldman Sachs elevó la probabilidad de una recesión económica en Estados Unidos, del 35 % al 45%. Esta es la segunda vez que aumenta su pronóstico en una semana, en medio de un creciente coro de predicciones similares por parte de los bancos de inversión debido a la escalada de la guerra comercial.
Al menos siete importantes bancos de inversión han elevado sus previsiones de riesgo de recesión. JPMorgan estima la probabilidad de una recesión en Estados Unidos y a nivel mundial en 60%, ante el temor de que los aranceles no solo impulsen la inflación estadounidense, sino que también provoquen medidas de represalia de otros países, como ya anunció China.
Goldman Sachs redujo este fin de semana su previsión de crecimiento económico de EU para 2025 del 1.5% al 1.3%. La cifra es superior a la previsión de crecimiento del 1% del Wells Fargo Investment Institute, mientras que J.P.Morgan estima una contracción del 0.3% trimestral.
Goldman aún espera que la Reserva Federal recorte las tasas de interés en 25 puntos básicos cada una en tres reuniones consecutivas. Sin embargo, ahora espera que la primera de ellas se realice en junio, no en julio.
Anteriormente, esperaba que la Fed bajara las tasas dos veces este año desde su tasa de referencia actual del 4.25% al 4.50%. El 3 de abril los directivos de Goldman Sachs advirtieron que los aranceles estadounidenses afectarán al crecimiento mundial y llevarán a la Reserva Federal a recortar las tasas de interés más de lo previsto.
"Vemos esto como una especie de impacto al crecimiento (...) esto va a ser un golpe para los consumidores estadounidenses", aseguró Ashish Shah, director de inversiones públicas de Goldman Sachs Asset Management, a periodistas reunidos en un evento en la sede del banco en Nueva York.
Mientras los actores del mercado digieren las implicaciones de los aranceles, los ejecutivos de Goldman Sachs GS.N dijeron que las perspectivas económicas se ven empañadas por las políticas comerciales de Estados Unidos, que probablemente desencadenarán represalias de otras naciones.
Si bien los grandes inversores están buscando diversificar sus carteras globales, en su mayoría se aferran a sus activos estadounidenses por ahora, dijo Marc Nachmann, jefe global de gestión de activos y patrimonio de Goldman Sachs. "Hasta ahora, los grandes inversores se muestran reticentes, pero están preocupados", afirmó.
China anunció el viernes aranceles adicionales del 34% sobre los productos estadounidenses, la escalada más grave en una guerra comercial con el presidente Donald Trump que ha alimentado el temor a una recesión y ha provocado una caída de las bolsas mundiales.
En el pulso entre las dos principales economías del mundo, Beijing también anunció controles a las exportaciones de tierras raras medias y pesadas, incluyendo samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio a Estados Unidos.
También añadió 11 entidades a la lista de "entidades no fiables", que permite a Beijing tomar medidas punitivas contra unidades extranjeras.
Naciones desde Canadá hasta China prepararon represalias en una creciente guerra comercial después de que Trump elevó esta semana las barreras arancelarias de Estados Unidos a su nivel más alto en más de un siglo, lo que provocó un desplome de los mercados financieros mundiales. La Casa Blanca no estuvo disponible de inmediato para hacer comentarios.
En Japón, uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos, el primer ministro Shigeru Ishiba dijo que los aranceles crearon una "crisis nacional", mientras un desplome de las acciones bancarias el viernes llevó a la bolsa de Tokio a su peor semana en años.
El banco de inversión JP Morgan dijo que ahora ve un 60% de posibilidades de que la economía mundial entre en recesión a finales de año, frente al 40% anterior. Los futuros de Wall Street apuntaban a una apertura a la baja, después de que los amplios gravámenes de la administración Trump eliminaron en la víspera 2,4 billones de dólares de las acciones estadounidenses.
"Más de 50 países" han contactado con la Casa Blanca "para negociar" sobre los nuevos aranceles impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró el domingo el asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett.
El sábado entró vigor en Estados Unidos un arancel universal del 10%. El miércoles los gravámenes a las importaciones provenientes de algunos países, como los miembros de la Unión Europea (20%) y China (34%), aumentarán, según anunció Trump el 2 de abril.
Según Hassett, los países que buscan una salida negociada a la guerra comercial de Trump lo hacen porque consideran que sus economías "van a sufrir gran parte" de las consecuencias de los aranceles. El director del Consejo Económico Nacional vaticinó en la cadena ABC que no habrá "un efecto importante sobre los consumidores en Estados Unidos".
La mayoría de los economistas prevén un aumento de la inflación y un frenazo de la economía en Estados Unidos como consecuencia de los aranceles.
Aunque Hassett reconoció que puede haber una subida de precios, consideró que las medidas proteccionistas de Trump son una forma de defender a los trabajadores estadounidenses de la competencia desleal. Consultado sobre por qué Rusia no estaba en la lista de países afectados por los aranceles, el asesor dijo que Trump quiso evitar incluirla por las tratativas para un posible final del conflicto en Ucrania.
"Esto no significa que Rusia vaya a ser tratada de forma muy diferente a todos los demás países durante mucho tiempo", añadió.
La imposición de nuevos aranceles por parte del gobierno de Estados Unidos llevó a Nissan a detener los envíos de los modelos Infiniti QX50 y QX55, fabricados en México, al mercado estadounidense.
Aunque la marca ya había anunciado que ambos modelos saldrían del portafolio global al cierre de 2025, la entrada en vigor de las tarifas comerciales adelantó su retiro en Estados Unidos y marca el inicio del fin para la operación de Infiniti en la planta COMPAS, ubicada en Aguascalientes.
“Estamos pausando cualquier pedido adicional en Estados Unidos de los SUV Infiniti QX50 y QX55 ensamblados en nuestra planta conjunta COMPAS en México”, confirmó Nissan en un comunicado. Si bien la producción continuará para mercados fuera de Norteamérica, la empresa detendrá los pedidos estadounidenses de inmediato.
El freno a las exportaciones desde México coincide con un momento complejo para Infiniti en Estados Unidos. En 2024, las ventas de la marca premium de Nissan cayeron 10.2%. Aunque el QX50 se mantuvo como su segundo modelo más vendido con 10,722 unidades, su salida anticipada del mercado estadounidense deja un vacío en el segmento de SUV de entrada de la firma.
En paralelo, Nissan anunció que mantendrá dos turnos de producción de su SUV Rogue en la planta de Smyrna, Tennessee, una decisión que revierte los planes de recortar un turno este mes. Este cambio evidencia un viraje estratégico: priorizar la manufactura en Estados Unidos para evitar costos adicionales asociados a los aranceles fronterizos.