La creación y operación de una startup requiere un cuidado especial en la gestión de sus finanzas. No es suficiente con tener una idea innovadora; es necesario tener un modelo financiero que proyecte la evolución financiera de la empresa año tras año. Este modelo deberá ser lo suficientemente detallado y flexible para adaptarse a los diferentes escenarios y eventualidades del mercado.
Método “De arriba abajo”: Este método requiere identificar la totalidad del mercado objetivo y, basándose en esa cifra, definir cuál será la cuota de mercado que la startup aspira tener. Las ventas se calcularán multiplicando esta cuota por el mercado total. Este enfoque puede ser cuestionado si se basa en supuestos no realistas sobre la cuota de mercado.
Método “De abajo arriba”: A diferencia del anterior, este método implica un análisis más detallado, proyectando ventas por cliente, producto y geografía. Aunque es más laborioso, proporciona un entendimiento más profundo y es más defendible ante inversores. La combinación de ambos métodos puede ofrecer una visión equilibrada y comprobar la coherencia de las previsiones.
La eficiencia en la gestión de los costos es crucial para la rentabilidad de una startup. Estos costos pueden determinarse de dos formas:
Presupuestos reales: Si es posible, obtener cifras reales de proveedores ofrecerá una visión más exacta de los costos asociados a cada venta. Comparables: En ausencia de cifras reales, se puede recurrir a comparables, utilizando el porcentaje de coste de ventas de empresas similares como referencia.
Es esencial que los costos proyectados sean razonables y defendibles. Por ejemplo, una empresa podría justificar la reducción de costos debido a un mayor poder de negociación a medida que crece.
Este indicador refleja la eficiencia con la que una empresa convierte sus ventas en ganancias, descontando los costos de ventas. En sectores como el software, es común tener márgenes brutos muy elevados, mientras que en industrias intensivas en recursos, estos márgenes tienden a ser más ajustados.
En contextos de márgenes estrechos, el volumen de ventas se convierte en la métrica clave. Las startups deben definir cuál será ese volumen crítico que permitirá cubrir todos sus costes y obtener beneficios.
Una startup exitosa no solo se basa en una idea innovadora, sino en una sólida gestión financiera. Es esencial contar con un modelo financiero robusto, coherente y adaptable, que permita la proyección de ingresos y costos de forma realista. De este modo, se podrá ofrecer seguridad a los inversores y tener claridad sobre el camino financiero a seguir.