Invertir en mercados tecnológicos emergentes es la mejor manera de obtener potencial de rentabilidad y fuertes ventajas competitivas. En los próximos años, el entorno que nos rodea será cada vez más urbanizado, inteligente e hiperconectado.
Surgirán nuevas necesidades y, en consecuencia, se estudiarán y propondrán servicios y tecnologías para satisfacerlas, incluidos los relacionados con la digitalización y la posibilidad de relacionarse con los demás, en el tiempo libre pero también para el trabajo, el cuidado personal y la relación con bancos, seguros. empresas e instituciones, directamente desde tu casa. Invertir en mercados tecnológicos emergentes en telecomunicaciones, transmisión, blockchain, telemedicina y biotecnología significa invertir en el futuro.
Sin olvidar una tendencia más antigua pero igualmente sólida: la de la sostenibilidad y las energías renovables. Los fenómenos extremos y los desastres naturales provocados cada vez con más frecuencia y en todas las latitudes por el cambio climático hacen necesario seguir invirtiendo en la protección del ecosistema que nos rodea, por ejemplo a través de nuevas formas de movilidad y construcción inteligente.
Estos son los cinco mercados tecnológicos emergentes en los que invertir para 2030. Fuentes autorizadas, como Hype Cycle for Emerging Technologies de Gartner y los estudios del Instituto para el Futuro, argumentan.de Palo Alto en California. De hecho, en los próximos diez años, la interacción hombre-máquina será cada vez más estrecha.
Desde la difusión de los vehículos autónomos hasta los hogares y ciudades inteligentes, todo lo que nos rodea se volverá más interactivo y conectado. Las redes inalámbricas 5G y 6G permitirán la introducción de la inteligencia artificial en infinidad de dispositivos, favoreciendo la implementación de soportes multimedia inmersivos para realidad extendida (XR) e interfaces gestuales capaces de estimular todos nuestros sentidos a través de hologramas y pantallas flexibles.
El desarrollo de interfaces bidireccionales, capaces de conectar máquinas al cerebro humano, en última instancia ofrecerá conocimientos disruptivos a la medicina, por ejemplo, en el desarrollo de exoesqueletos para personas con discapacidades.
Algunos mercados tecnológicos emergentes en los próximos dos años experimentarán un rápido desarrollo debido a la pandemia de Covid-19. En concreto, se premiarán las innovaciones que favorezcan la comunicación a distanciay la recuperación segura de la vida colectiva.
Entre estos encontramos la potenciación de la identidad digital, la implementación del pasaporte sanitario electrónico, las aplicaciones de seguimiento y verificación, pero también los sistemas para el reconocimiento de personas, para monitorizar flujos en entornos cerrados o para verificar automáticamente la ausencia de personas. Otras dos reflexiones clave derivadas de la situación de emergencia que estamos viviendo son las relacionadas con la potenciación del trabajo remoto y la búsqueda de algoritmos capaces de desenmascarar fake news.
Entre los mercados tecnológicos emergentes que tendrán un impacto significativo, pero no antes de diez años, en nuestra forma de vivir y trabajar, se encuentra la superación de los transistores de silicio.
De hecho, la ciencia está estudiando nuevos materiales semiconductores con funcionalidad avanzada, capaces de soportar tecnologías más pequeñas y más rápidas. Entre estos, vale la pena mencionar los biochips, es decir, la codificación de datos en hebras de ADN sintético, con enzimas que brindan capacidad de procesamiento a través de reacciones químicas, pero también la codificación a través de sensores biodegradables y transistores basados en carbono.
En el contexto de los mercados tecnológicos emergentes, otra inversión que no debe subestimarse podría ser la del análisis predictivo de las tendencias de desarrollo y los usos de las propias tecnologías. Invertir en una nueva tecnología es también invertir en ética, o preguntarse por las consecuencias sociales que tendrá o podría tener el invento. La digitalización masiva, por ejemplo, conduce a una mayor exposición de los datos de los consumidores. Esto hace necesario adaptar los sistemas de privacidad, seguridad y en ocasiones la propia legislación estatal.
Reflexiones similares se refieren a la medicina. Una mayor interacción entre las máquinas y el cerebro, de hecho, por un lado ofrece aplicaciones prácticas en el mundo de las transacciones para las fases de autenticación, acceso y pago, pero por otro lado abre una puerta a escenarios de ciencia ficción, como estimular la mente para hacer un empleado fatigado o la intervención del estado de ánimo de un profesor fácilmente irritable.