Un buen líder debe tener 8 características básicas:
Las habilidades comunicativas están sin duda en primer lugar. Un buen líder debe ser capaz de comunicarse de forma clara y transparente con sus colaboradores, explicando de forma eficaz los objetivos y necesidades organizativas de la empresa.
Un líder también debe dominar todas las formas de comunicación (conversaciones individuales o grupales, por teléfono, correo electrónico u otros medios).
Para ganar el liderazgo de la empresa, es necesario conocer muy bien el sector empresarial y tener las habilidades adecuadas, así como la actualización constante
El líder debe ser una fuente de inspiración para el equipo, tiene la capacidad de solicitar las habilidades no expresadas de los colegas, puede pensar fuera de la caja y encontrar soluciones originales en situaciones aparentemente muy críticas.
Ser confiable es muy importante, poder actuar como motivadores sobre todo para convertirse en un punto de referencia, obteniendo la confianza y consecuentemente la honestidad de los colaboradores. Por lo tanto, el líder debe demostrar integridad y coherencia, así como mostrar siempre su propia apertura hacia los demás.
Apertura significa demostrar comprensión y escucha, para garantizar que todos se sientan cómodos y parte integral de la organización empresarial.
Un líder es capaz de identificarse con los miembros del equipo, interactuando empáticamente para motivarlos de la mejor manera y permitirles expresarse y ofrecer un desempeño profesional de calidad.
Un buen líder también debe buscar momentos periódicos de intercambio y discusión, para fomentar las relaciones y asegurar un flujo de comunicación que pueda favorecer los procesos de negocio.
El psicólogo estadounidense Goleman dice que un líder debe utilizar la inteligencia emocional para poder gestionar el estado emocional de sus colaboradores y ayudarlos a lograr resultados cualitativamente óptimos. Aquí está la definición de liderazgo corporativo de Goleman:
“El arte del liderazgo se trata de conseguir y mantener a las personas en el extremo superior de los niveles de desempeño, y eso sucede cuando las personas se encuentran en el mejor estado de bienestar personal. Es un estado óptimo llamado Flow, en el que la propia persona se asombra de los resultados que obtiene […]».
Una actitud positiva siempre marca la diferencia. Ver siempre las cosas con optimismo ayuda a crear un clima de trabajo relajado y saludable, incluso en momentos de estrés y trabajo intenso.
El líder también tiene la responsabilidad de mantener siempre alta la moral de sus compañeros, logrando dar palabras de aliento aún en los momentos más difíciles.
Errar es humano, también se aplica a los líderes. El liderazgo empresarial también significa reconocer los propios límites y errores (este aspecto ayudará a ser apreciado por los demás, reduciendo las "distancias" profesionales).
El líder debe saber tomar decisiones y asumir las responsabilidades que siguen.
Debe ser capaz de dar directivas y llevar los recursos con los que trabaja a un buen nivel de conciencia y participación.
La capacidad de delegar también es muy importante para un buen líder: es fundamental saber asignar a cada persona las tareas adecuadas en función de las competencias de referencia y distribuir las actividades para crear sinergia y alcanzar los objetivos de forma más eficaz.
Lo que NO es el liderazgo corporativo
Para tratar de definir mejor un concepto complejo como el de liderazgo empresarial, puede ser útil tratar de comprender qué es lo que no se incluye en su definición:
Un líder no es necesariamente alguien que ha estado más tiempo en la empresa. El liderazgo se puede adquirir con la experiencia, pero no se da por sentado que el que tiene más antigüedad es líder y el que tiene menos no.
El liderazgo empresarial ciertamente se puede mejorar, pero no es una cualidad que se obtenga con un título. La actitud hacia el liderazgo es algo innato, en lo que eventualmente puede trabajar para mejorar su eficiencia.
Ciertamente, la gestión y el liderazgo están relacionados entre sí, pero no son lo mismo.
El gerente supervisa los resultados del equipo a través de datos y administra los recursos en consecuencia con un método principalmente económico.
El líder, en cambio, se centra en las personas: busca la manera de guiar a su grupo hacia una sinergia óptima para lograr un objetivo común.