El desarrollo industrial ha traído beneficios económicos significativos a la sociedad, pero a menudo a costa del medio ambiente y los recursos naturales. Hoy enfrentamos las consecuencias de estos abusos, incluyendo la escasez de agua, incendios forestales, el deshielo polar, la devastación de selvas y la muerte de flora y fauna. Para contrarrestar estos problemas, organismos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han comprometido a varios países, incluido México, a cumplir con objetivos de desarrollo sostenible. En respuesta, industrias como la automotriz están eliminando los motores de combustión para reducir las emisiones de gases.
Las implicaciones de estos compromisos se extienden a todos los niveles: legales, tecnológicos, de producción y distribución, y en particular, a la reducción o eliminación del uso de recursos naturales. Las empresas y las instituciones deben realizar cambios significativos para cumplir con estos compromisos, lo cual incluye una transformación en la contabilidad corporativa.
Los reguladores contables están respondiendo a estos desafíos mediante la emisión de nuevas normas. El Consejo de Normas Internacionales de Sostenibilidad (ISSB) ha emitido las NIIF S1 y NIIF S2, que entrarán en vigor a partir del 1 de enero de 2024. En México, el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera (CINIF) ha emitido las NIS 1 y NIS 2, efectivas a partir de 2025. Estas normas buscan establecer requisitos para la preparación y revelación de información financiera relacionada con la sostenibilidad, abordando riesgos y oportunidades climáticas.
Las políticas contables deben incluir información material relacionada con el clima y la evaluación de su impacto en los estados financieros a corto, mediano y largo plazo. Las revelaciones deben ser específicas para la entidad y su sector, considerando los compromisos adquiridos y los riesgos climáticos. Incluso si los impactos parecen insignificantes, se deben explicar las razones de esta evaluación.
La información financiera por segmentos debe reflejar cambios en las decisiones operativas debido a compromisos climáticos. Las propiedades, planta y equipo pueden ver afectadas sus vidas útiles y valores residuales debido a riesgos climáticos, requiriendo revelaciones detalladas sobre cambios en estos valores.
Las propiedades de inversión pueden necesitar renovaciones para cumplir con normativas sostenibles, afectando su valoración. Los activos de arrendamiento, especialmente los contaminantes, pueden enfrentar modificaciones contractuales, afectando los valores de uso y los pasivos de arrendamiento.
Los compromisos climáticos pueden impactar los activos de larga duración y el crédito mercantil, requiriendo evaluaciones periódicas para detectar deterioros. Las proyecciones de flujos de efectivo deben considerar riesgos climáticos y su impacto en la continuidad del negocio, adaptando los análisis de sensibilidad.
La emisión de instrumentos financieros vinculados a la sostenibilidad y las políticas de inversión alineadas con estrategias climáticas afectarán las futuras normas contables. Las utilidades futuras gravables pueden impactar la valoración de activos por impuestos diferidos, requiriendo consistencia en los supuestos utilizados para estas evaluaciones.
Una empresa del sector de la construcción que produce cemento y concreto debe considerar sus emisiones de CO2 y el uso de materiales fósiles en sus procesos productivos. Los objetivos deben alinearse con acuerdos globales como el Acuerdo de París, revelando el especialista que certifique las emisiones actuales y futuras, así como las acciones para reducir la huella de carbono.
La implementación de objetivos sostenibles afectará varios rubros en los estados financieros, incluyendo planes de inversión, generación de flujos de efectivo y márgenes de utilidad. Las empresas deben evaluar cómo estos cambios impactarán sus ventas, utilidades operativas, gastos financieros y utilidades netas.
El cambio hacia la sostenibilidad es imperativo para las empresas, no solo para cumplir con normativas internacionales, sino también para asegurar su viabilidad a largo plazo. Las transformaciones necesarias abarcan desde la contabilidad hasta la producción y distribución, pasando por la gestión de riesgos y estrategias corporativas. La clave está en adaptarse, innovar y colaborar con la IA y otras tecnologías emergentes para superar estos desafíos y aprovechar las oportunidades que ofrecen.