La globalización y la gobernanza

Las empresas y los mercados han atravesado las fronteras nacionales para conectarse a los diferentes mercados mundiales. Lo que ha generado temor en los ambientes político, económico y social, a la posible pérdida de identidad de las naciones. Para evitarlo es necesario que la globalización y a gobernanza avancen de la mano.

Se recomienda diseñar un plan de gestión global que implique prosperidad en todos los ámbitos para todas las naciones.

La globalización

El concepto de globalización por sí solo, se basa en aumentar continuamente la interconexión entre las naciones de todo el mundo. Enfocada en aumentar el bienestar no solo en el plano económico, también en los planos políticos, social y tecnológico de cada país en el mundo.

Los expertos opinan que los beneficios de la globalización son muchos. Pues los mercados se han internacionalizado. Aprovechando los adelantos tecnológicos de las grandes naciones, acelerando los procesos comerciales y financieros principalmente. Por mencionar solo alguno.

Sin embargo, hay también quienes opinan que se hacen más complejos los intercambios de bienes y servicios. Se compite con productores y productos de todo el mundo. Productos de alta calidad, producidos con alta tecnología y a bajos costos. En consecuencia, los niveles de competencia son muy elevados. Y las naciones en desarrollo o con pocos recursos se encuentran en desventaja.

Por otra parte, se corre el riesgo de pérdida de identidad de cada nación, en particular. Afirman que la globalización propicia la desigualdad y se explotan en forma exagerada el medio ambiente y los recursos naturales.

La gobernanza

La gobernanza en este sentido juega un papel importante. Cada gobierno debe liderar y crear reglas, políticas e instituciones para mejorar la situación nacional y beneficiarse de las ventajas que ofrece la globalización. Pues la globalización ofrece nuevas oportunidades en todos los ámbitos, pero a su vez exigen capacitación y formación.

Los países en desarrollo, en especial, enfrentan grandes retos, es aquí donde la gobernanza juega un papel importante. Es fundamental gestionar el proceso de integración, invirtiendo en educación, infraestructura, seguridad para la ciudadanía y tecnología para generar un cambio. De esta forma la competencia al entrar al mundo global será en términos de mayor igualdad. La globalización en este sentido será más justa.

Una buena gobernanza en todos los países garantiza niveles de desarrollo que permitirán una participación con mayor eficacia y equidad en la economía global. De esta forma es posible integrarse y participar en la globalización con base en criterios de respeto a los derechos humanos e igualdad social.

Con derecho a viabilidad económica, acceso y disfrute del medio ambiente, educación y servicios de salud. Lo que hoy en día muchos opinan que no se cumple.

Para llegar a una gobernanza global se requiere que todos los países entiendan la necesidad de contar con la participación e iniciativas de cada uno de ellos. Se necesitan líderes, además de políticas y empresarios capaces de entender la situación del mundo actual.

Que una gestión global es necesaria para evitar una crisis económica global, impedir mayores desastres ambientales y contar con ayuda humanitaria. Pero, sin una gobernanza eficiente en países donde las luchas civiles destrozan poblaciones enteras, gobiernos autoritarios o democráticos sin políticas eficientes de mercado, las posibilidades de mejorar son muy pocas.

Según los estudiosos, una buena gobernanza tiene como base un sistema político democrático eficiente. Donde se garantice honradez y participación, que responda a las necesidades de los ciudadanos y respeto a los derechos humanos y a las libertades básicas como la libertad de expresión. Aplicada también a las instituciones oficiales para garantizar un eficaz funcionamiento de la economía de mercado.

Todo esto y mucho más implica una buena gobernanza nacional y es importante que todos los países entiendan que el mundo está interconectado. Y que cada día la interconexión es mayor. Y que las políticas nacionales de un país repercuten en otros países. Asimismo, las políticas económicas de los países que influyen en la economía global afectan sustancialmente a los demás.

Es imposible vivir y subsistir aislados del resto del mundo. En especial los países con menos recursos. Así que el papel del estado es fundamental en el desarrollo de cada nación. Una buena gobernanza debe acelerar el cambio en sus naciones para adaptarse a la globalización con los riesgos que ello implica (consumidores más exigentes, competencia con mayor cantidad de empresas y productos o necesidad de innovar permanentemente).

Pero a la vez aprovecha las ventajas que ofrece, como participar en mercados internacionales, aprovechar la economía de escala, rápido acceso a tecnologías modernas para manejar procesos de producción, comunicación o transporte, entre otras.

En definitiva, según los expertos, la globalización y la gobernanza deben ir de la mano, para que la globalización sea un proceso con mayor eficacia y equidad para todas las naciones del mundo.