Las habilidades y competencias interpersonales son de fundamental importancia dentro de las organizaciones.
Saber comunicarse de manera efectiva y comprender las necesidades de los demás se encuentran entre las habilidades más útiles en la vida profesional, pero también en la vida personal.
Intenta pensar en esta situación típica: entregaste un currículum vitae europeo en una empresa y te llamaron para una entrevista con el gerente de recursos humanos.
En este caso, más que demostrar tus habilidades técnicas (o hard skills, si lo prefieres), necesitarás una buena comunicación para convencer a tu interlocutor de que eres la persona adecuada para ese puesto.
Habilidad para escuchar, comunicación verbal y no verbal, escritura clara y eficaz, aptitudes para el trabajo en equipo: estos son solo algunos de los aspectos atribuibles a las habilidades interpersonales.
Por comunicación entendemos el acto de transferir información de un lugar a otro. Evidentemente no se trata de un mero acto "mecánico": como decía Cicerón, saber comunicarse y relacionarse con los demás es un arte, que requiere estudio y preparación.
Averigüemos inmediatamente cómo y por qué invertir en nuestra comunicación para vivir mejor con nosotros mismos y con los demás.
Habilidades relacionales: qué son
Además de las habilidades organizativas y de gestión, la capacidad de comunicarse de manera efectiva con colegas y superiores es esencial, independientemente del sector en el que trabaje.
Incluso quien trabaja en el mundo digital necesariamente debe saber escuchar y relacionarse con colaboradores y clientes, con la ayuda de la tecnología (teléfono, correo electrónico y redes sociales). Estas habilidades son muy demandadas por las empresas, que buscan cada vez más profesionales con valiosas habilidades interpersonales.
Por habilidades y competencias relacionales, por tanto, entendemos todas aquellas habilidades que nos permiten comprendernos mejor a nosotros mismos y ponernos en contacto con los demás, desde la escucha hasta la comunicación.
Comunicación verbal
Cuando hablamos de relaciones no podemos dejar de mencionar la comunicación interpersonal: es el proceso por el cual las personas intercambian información, sentimientos y significados a través de mensajes verbales y no verbales.
La comunicación interpersonal no se trata solo de lo que realmente se dice (por lo tanto, el lenguaje verbal), sino también de cómo se dice y los mensajes no verbales que se envían con gestos y lenguaje corporal. Hablemos ahora de la comunicación verbal, una de las herramientas de comunicación que utilizamos para relacionarnos con los demás.
Las palabras que elegimos para nuestra comunicación pueden hacer una gran diferencia en si otras personas nos entienden. Piense, por ejemplo, en comunicarse con alguien que no habla bien nuestro idioma. Para hacerse entender, debe usar un lenguaje sencillo y verificar si hay algún comentario de su interlocutor.
Trabajar la comunicación verbal es fundamental para entrenar tus habilidades y competencias interpersonales y aprender a hablar con compañeros y superiores.
QUÉ HACER: Al trabajar en grupo seguramente te habrás dado cuenta de la importancia de saber comunicar. Aquí hay algunas acciones que puede tomar ahora para mejorar sus habilidades de comunicación verbal:
• Use un lenguaje claro y simple: asegúrese siempre de que su interlocutor comprenda lo que está diciendo. Evite tecnicismos y términos demasiado complejos;
• Elogie siempre, sobre todo antes de hacer una objeción: según Dale Carnegie, el elogio (sincero) es la mejor herramienta que tenemos para relacionarnos con los demás de forma constructiva. No tenga miedo de felicitar a un colega por un buen trabajo, especialmente si tiene una pequeña nota que hacer después;
• No seas agresivo y no critiques: intenta siempre llegar a un acuerdo y una solución óptima para ti y tu interlocutor.
Comunicación no verbal
Hemos dicho que la comunicación interpersonal, verbal y de otro tipo, se encuentra entre las habilidades y competencias interpersonales. En este caso, fijémonos en el mundo de la comunicación no verbal, que incluye, por ejemplo, las expresiones faciales y los gestos.
Nuestra voz es solo la punta del iceberg: la mayor parte de la comunicación ocurre en silencio.
QUÉ HACER: Lo que expresamos con nuestro cuerpo fortalece (o refuta) lo que decimos con palabras. Por ejemplo, una posición relajada y abierta (brazos extendidos, piernas relajadas) y un tono amistoso te harán parecer disponible y alentarán a los demás a hablar abiertamente contigo. El contacto visual también es importante: mirar a los ojos a tu interlocutor es señal de interés y de escucha. ¿Qué tienes que hacer absolutamente? Debes prestar atención a las señales no verbales que te lanzan tus interlocutores. A menudo, el lenguaje no verbal dice mucho sobre cómo se siente realmente una persona: si un compañero de trabajo le dice que está bien después de un regaño de su supervisor, pero no lo mira a los ojos, es posible que se sienta incómodo o se esté escondiendo. la verdad. Escucha activa y empatía. El trabajo en equipo, la capacidad de tomar decisiones y de tener el control de la propia comunicación pasa por la escucha. “Escucha más de lo que hablas”: es a partir de este consejo de Richard Branson que debemos partir para comprender cuáles son las características de la escucha activa. La escucha activa implica un nivel muy alto de atención a lo que dice la otra persona, haciendo preguntas para aclarar y reformulando lo que dice la persona para garantizar la comprensión. A través de la escucha activa, puede comprender mejor lo que la otra persona está tratando de decir y puede responder adecuadamente. CÓMO HACERLO: la escucha y la empatía se encuentran entre las habilidades y competencias interpersonales más valiosas que se deben desarrollar. Por empatía entendemos realmente la capacidad de comprender al otro, de sentir lo que siente y de ponerse en su lugar. Al escuchar atentamente lo que el otro tiene que decir, tenemos la oportunidad de trabajar de una manera más armoniosa y productiva, tratando de allanar las diferencias y ayudar en momentos de necesidad.