En el dinámico escenario postpandemia, los empresarios están explorando diversas vías para financiar sus operaciones, destacando el financiamiento a través de partes relacionadas como una opción viable. Este método proporciona liquidez inmediata con un margen de utilidad aceptable, pero conlleva consideraciones fiscales significativas, especialmente en cuanto a la deducción de intereses para efectos del Impuesto sobre la Renta (ISR).
Según la Ley del ISR, los intereses se definen ampliamente como los rendimientos generados de créditos en cualquier forma. Esto incluye rendimientos de deuda pública, bonos, comisiones por créditos, entre otros. Esta definición abarca operaciones más allá de los préstamos convencionales, afectando la deducibilidad fiscal.
Fracción XXVII: Capitalización Delgada Esta fracción regula la relación entre el capital contable y las deudas con partes relacionadas en el extranjero. No se pueden deducir los intereses que excedan el triple del capital contable del contribuyente, aplicando un límite estricto para evitar erosión fiscal.
Fracción XXXII: BEPS y Limitación de Deducción Introducida en la Reforma Fiscal de 2020, esta fracción limita la deducción de intereses en función de la utilidad fiscal ajustada. Los intereses que superen el 30% de esta utilidad no son deducibles, buscando evitar prácticas de erosión de la base imponible y traslado de beneficios.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha validado estas limitaciones como constitucionales, asegurando que no violan el principio de irretroactividad de las leyes. Esto significa que las disposiciones afectan los intereses generados a partir de su entrada en vigor, no afectando los derechos adquiridos con anterioridad.
Para determinar los intereses no deducibles, es crucial calcular adecuadamente el saldo promedio anual de las deudas generadoras de intereses y compararlo con el capital contable. Este proceso implica seguir las reglas específicas y mantener registros detallados para asegurar el cumplimiento fiscal.
Aunque este artículo se enfoca en el ISR, es importante considerar cómo estas restricciones pueden afectar indirectamente el acreditamiento del IVA, especialmente cuando los intereses no son deducibles para efectos fiscales.
La gestión adecuada de intereses con partes relacionadas implica cumplir con requisitos rigurosos y realizar cálculos precisos. Los empresarios deben estar preparados para implementar estrategias que optimicen la deducción fiscal dentro de los límites establecidos por la ley, asegurando así el cumplimiento y evitando contingencias fiscales. En resumen, el entendimiento profundo de las normativas fiscales relacionadas con los intereses es crucial para tomar decisiones financieras informadas y asegurar la estabilidad fiscal a largo plazo de las empresas en un entorno regulatorio en constante evolución.