El segundo trimestre de 2024 ha confirmado una tendencia de desaceleración en la economía mexicana, registrando un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 1.1% anual y un modesto 0.2% frente al trimestre anterior. Estos datos, proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), indican una expansión menor a la esperada por los especialistas del sector privado, lo cual ha llevado a una revisión a la baja de las expectativas de crecimiento para el año, situándolas en un 1.3%.
Servicios: El Motor de la Economía
El sector servicios ha sido el más dinámico, con un crecimiento anual del 1.7%. Este desempeño ha sido impulsado por el aumento de los ingresos de los hogares, motivados por remesas, incrementos salariales y subsidios en efectivo. Sin embargo, la previsión para el futuro es menos optimista, ya que se espera una desaceleración debido a la posible moderación en las transferencias de remesas y el consumo de servicios.
Industria: Un Desempeño Modesto
Las actividades secundarias, que incluyen la industria y manufacturas, crecieron apenas un 0.5% anual, marcando el crecimiento más bajo en 13 trimestres consecutivos desde el segundo trimestre de 2021. Este estancamiento se debe al deterioro de la producción manufacturera y la desaceleración de las exportaciones. Además, sectores como la petroquímica, minería y electricidad han mostrado debilidad, afectando el desempeño industrial en general.
Actividades Primarias: Impacto del Cambio Climático Las actividades primarias, que abarcan la agricultura y ganadería, registraron una contracción del 2.2% anual. La sequía en diversas regiones del país ha afectado significativamente la producción agropecuaria, contribuyendo a esta caída. Este sector, aunque representa solo el 5% del PIB total, es crucial para la economía rural y la estabilidad alimentaria del país.
Expectativas y Retos para el Futuro: La previsión para el resto del año y 2025 es de un crecimiento moderado, influenciado por varios factores:
Ante este panorama de desaceleración, los empresarios deben adoptar estrategias que les permitan adaptarse y prosperar: Diversificación de Mercados: Explorar y expandirse en mercados internacionales menos afectados por la desaceleración global puede mitigar riesgos y abrir nuevas oportunidades de crecimiento. Innovación y Eficiencia: Invertir en tecnologías emergentes y mejorar la eficiencia operativa puede ayudar a reducir costos y aumentar la competitividad. Fortalecimiento de la Cadena de Suministro: Asegurar la cadena de suministro y diversificar proveedores puede proteger a las empresas de interrupciones y fluctuaciones de precios. Sostenibilidad y Responsabilidad Social: Adoptar prácticas sostenibles y de responsabilidad social puede mejorar la reputación corporativa y atraer a consumidores e inversores conscientes de la sostenibilidad.
El segundo trimestre de 2024 ha confirmado una desaceleración económica en México, con desafíos significativos en todos los sectores. Sin embargo, este entorno también presenta oportunidades para la innovación, la diversificación y el fortalecimiento de la resiliencia empresarial. Con un enfoque estratégico y adaptable, los empresarios pueden navegar estos tiempos inciertos y posicionarse para un crecimiento sostenido a largo plazo.