En el dinámico y siempre cambiante panorama empresarial, el concepto de "activos intangibles" ha ganado relevancia, convirtiéndose en un componente clave de los estados financieros. Este término, aunque no es nuevo, ha cobrado una importancia renovada en el contexto de la economía globalizada. México, como miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) desde 2004, ha adoptado las directrices y recomendaciones de este organismo, buscando impulsar su economía y mejorar sus prácticas financieras y fiscales.
Para entender la relevancia de los activos intangibles, es necesario remontarnos a la Revolución Industrial en el siglo XVIII. Este periodo marcó un cambio drástico en la producción y la economía global. Durante este tiempo, la maquinaria y los edificios se convirtieron en los principales activos de las empresas, conocidos hoy como "propiedades, planta y equipo" según la Norma Internacional de Contabilidad 16 (NIC 16).
Sin embargo, en las últimas décadas, ha habido un cambio significativo hacia los activos intangibles. Estos incluyen elementos como patentes, marcas, software y propiedad intelectual. Según un estudio de McKinsey, las empresas que más invierten en activos intangibles tienden a crecer más rápido que aquellas que no lo hacen.
La Real Academia Española define un activo como "el conjunto de todos los bienes y derechos con valor monetario que son propiedad de una empresa, institución o individuo." Un activo intangible es aquel "que no debe o no puede tocarse." Combinando estas definiciones, los activos intangibles son bienes y derechos con valor monetario que son propiedad de una entidad pero que no tienen una forma física.
Según la Norma Internacional de Contabilidad 38 (NIC 38), un activo intangible es "un activo identificable, de carácter no monetario y sin apariencia física, que se posee para ser utilizado en la producción o suministro de bienes y servicios, para ser arrendados a terceros o para funciones relacionadas con la administración de la entidad."
En México, la Norma de Información Financiera C-8 (NIF C-8) define los activos intangibles como "aquellos activos no monetarios identificables, sin sustancia física que generan beneficios económicos futuros controlados por la entidad."
La NIC 38 establece que un activo intangible se reconoce si es probable que los beneficios económicos futuros que se le han atribuido fluyan a la entidad y si el costo del activo puede medirse con fiabilidad. Inicialmente, un activo intangible se mide por su costo, que incluye el precio de adquisición y cualquier costo directamente atribuible a su preparación para el uso previsto.
La NIF C-8 en México también sigue un enfoque similar, donde la valuación inicial de un activo intangible se basa en su costo de adquisición. La norma mexicana permite solo el modelo de costo, a diferencia de la NIC 38, que también permite el modelo de revaluación.
En términos fiscales, los activos intangibles en México se consideran inversiones, y pueden ser deducibles vía amortización. Según el artículo 25 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR), las inversiones son deducibles, incluyendo los activos intangibles.
El artículo 32 de la LISR define las inversiones como activos fijos, gastos y cargos diferidos, y las erogaciones realizadas en periodos preoperativos. Los gastos diferidos son activos intangibles que permiten reducir costos de operación, mejorar la calidad o aceptación de un producto, o explotar un bien por un periodo limitado.
El artículo 33 de la LISR establece los porcentajes máximos autorizados para la amortización de gastos y cargos diferidos:
La creciente importancia de los activos intangibles en el entorno empresarial actual no puede subestimarse. Para empresarios y emprendedores en México, entender y manejar correctamente estos activos puede significar la diferencia entre el éxito y el estancamiento. Con un marco normativo tanto internacional como nacional que regula su reconocimiento y medición, así como un tratamiento fiscal claro, los activos intangibles representan una oportunidad valiosa para el crecimiento y la innovación en el competitivo mercado global.