Las campanas de alarma han comenzado a resonar en el ámbito fiscal mexicano. El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) ha lanzado un llamado de atención claro y directo: 2024 será un año caracterizado por un incremento notable en las acciones de fiscalización del Servicio de Administración Tributaria (SAT). Las grandes empresas y personas morales se encuentran en la mira.
El horizonte fiscal para el 2024 viene acompañado de una meta audaz: lograr ingresos tributarios por un monto de 4.9 billones de pesos, lo que equivale a un impresionante 14.4% del Producto Interno Bruto (PIB). Héctor Amaya Estrella, vicepresidente general del IMCP, detalla que el esfuerzo recaudatorio estará enfocado principalmente en los grandes contribuyentes y las personas morales, que suman más de 2.4 millones registrados.
El foco en este segmento tiene fundamento: el registro actual del SAT indica la existencia de 12,857 grandes firmas y 2,398,063 personas morales. Juntas, han contribuido con aproximadamente el 71% de la recaudación tributaria hasta junio de este año.
La fórmula detrás de esta estrategia es sencilla pero efectiva: las auditorías y el programa de eficiencia recaudatoria se han establecido como mecanismos clave en la gestión del SAT. La efectividad de estas herramientas es evidente, pues entre 2019 y agosto de 2023, se recaudaron 2 billones 512,244 millones de pesos, superando ampliamente las cifras del periodo presidencial de Enrique Peña Nieto.
Mientras que estas recaudaciones se han logrado evitando acciones judiciales, la fiscalización de personas físicas presenta un panorama más complejo. Pese a que 11,348,987 personas físicas están registradas en el SAT, su contribución ha sido tan solo del 3% de los ingresos tributarios hasta junio.
La Iniciativa de Ley de Ingresos de la Federación para el 2024 proyecta ingresos totales para el gobierno federal de 9 billones 66,045.8 millones de pesos, de los cuales se espera que el 55% provenga de impuestos. Laura Grajeda Trejo, presidenta del IMCP, considera que alcanzar esta cifra será un desafío mayúsculo, sobre todo teniendo en cuenta la ausencia de propuestas de nuevos impuestos. Grajeda destaca que la tecnología jugará un papel crucial en este esfuerzo, ejerciendo una mayor presión sobre los contribuyentes para maximizar la recaudación.
La advertencia para el próximo año es ineludible: las grandes empresas y personas morales enfrentarán un escrutinio fiscal sin precedentes. La preparación y cumplimiento proactivo serán esenciales para navegar este nuevo panorama fiscal.